La energía solar en España

28 de mayo de 2020

La energía solar en España

En España, se estima que tenemos una media de casi 3.000 horas de sol al año, con variaciones en función de la provincia.

Hace poco más de una década España era uno de los países del mundo con mayor potencia fotovoltaica instalada, sin duda uno de los factores es el potencial de horas de sol que afortunadamente tiene el país. China es ahora el país que más y mejor aprovecha los avances en este campo y en cuatro años se ha convertido en el líder mundial, desbancando a Estados Unidos. Además, es el país con mayor ritmo de puesta en marcha de instalaciones de energía solar.

Coste de instalación, con el controvertido «impuesto al sol» en el centro de la polémica. Llamado coloquialmente así, este término se refiere al Cargo Transitorio por Energía Autoconsumida, en otras palabras, era un peaje que se cobraba a los autoconsumidores, aunque hay que concretar que solamente se aplicaba a instalaciones de más de 10kW, afectando poco a las instalaciones particulares. Pese a que el consumo personal no estaba gravado, los trámites y la complicación de los permisos para la instalación eran en sí un problema: era un proceso lento y pasaba necesariamente por negociaciones con compañías eléctricas y otras entidades, de modo que se pactase un acuerdo de cesión de excedentes.

Con la supresión de esta tasa solar mediante el Real Decreto RD 244/2019 de 5 de abril, uno de los efectos inmediatos fue el logro del abaratamiento de los costes y, consecuentemente, se reabrieron las puertas al despegue del consumo de esta fuente de energía inacabable. Sobre todo, supone un mayor marco de seguridad jurídica para los autoconsumidores de energía fotovoltaica.

Reducción de costes en la energía solar en España

La energía solar ha reducido sus costes en un 95% en los últimos diez años. Otra buena noticia es que en el año 2019 España volvió a recuperar el ritmo de 2008, alcanzando los 1.100 MW instalados. Este incremento se ha visto concentrado en los tres últimos años, y el pico alcanzado el año pasado supuso un incremento del 145% respecto a 2016.

Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, España se encuentra en séptimo lugar mundial, y ocuparía la doceava posición si se tiene en cuenta solo la potencia instalada en centrales de energía fotovoltaica. Aunque todavía queda camino por recorrer, es un hecho que la energía solar fotovoltaica en España vuelve a tener un crecimiento notable y destacado.

Entre otros logros, contamos con la mayor planta fotovoltaica de toda Europa, una de las instalaciones de plantas fotovoltaicas más importantes en territorio nacional. También es remarcable la previsión de instalación de miles de megavatios dados los permisos solicitados -registrados- que sitúan la demanda por encima de los 100GW. Si tenemos en cuenta que Alemania se mantuvo en 8GW -datos de 2018-, este ritmo volvería a situar a España entre los primeros de nuestro continente.

El 10% de los megavatios asociados a España corresponden a instalaciones de autoconsumo aisladas de la red y el resto de proyectos conectados, según los datos publicados por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Del resto, el 40% correspondería a comercial y el 60% a instalaciones industriales.

Uno de los puntos clave en la instalación para el autoconsumo es establecer una tarifa eléctrica que esté alineada con el proceso de transición ecológica. También intervienen otros agentes, como las ayudas por parte de ayuntamientos, que mediante ordenanzas solares en algunos casos incluyen incentivos fiscales en el IBI, por poner un ejemplo.

¿Cuándo empieza a ser rentable?

El tiempo de amortización dependerá en gran parte del tipo de instalación. Las instalaciones de autoconsumo son rentables al máximo cuando se aprovecha de manera instantánea la energía que están generando los paneles solares. Hay que tener presente el hecho de que, en la gran mayoría de casos, las horas de máxima radiación coincidirán con las horas de trabajo, que suelen ser fuera del hogar, y viceversa, las horas de mayor consumo habitualmente son hacia el atardecer y por la noche. Esta energía no consumida produce un excedente, que de no almacenarse se pierde. De ahí que, en el caso de poder asumir la inversión al inicio del proyecto de instalación, se incorpore una batería solar. La instalación de baterías solares es costosa y alarga el período de la amortización; son recomendables por ejemplo en los casos en los que es imposible conectarse a la red. La horquilla de situaciones es amplia y no permite generalizar, aunque si aplicamos la desgravación fiscal a la ecuación, como sería el caso de las ordenanzas solares, podría acortarse aún más. En el caso de una instalación estándar, se contempla una amortización de entre tres y cinco años. Cuando la instalación consta de una batería solar, el ahorro llega más tarde, porque aumenta la amortización a unos seis o diez años.

En cualquier caso, el autoconsumo forma parte del desarrollo sostenible, porque significa reducir el consumo de otro tipo de fuente de energía eléctrica. El carbón, el petróleo o el gas son fuentes naturales que generan energía, pero son limitadas. La energía fotovoltaica es una fuente infinita de generación eléctrica y de las más limpias que se conocen hasta el momento.