La energía fotovoltaica en España

10 de marzo de 2020

La energía fotovoltaica en España

No cabe ninguna duda de que España es uno de los países europeos con más horas de sol al año. Sin embargo, no es el Estado europeo que mejor esté aprovechando todo ese potencial a nivel energético. En 2008, España era, de hecho, uno de los países con mayor potencia fotovoltaica instalada a nivel mundial. Pero dejó de serlo durante la última década.

Antes de explicar el porqué, es interesante saber de qué estamos hablando exactamente.

La energía fotovoltaica es una de las energías más limpias para la generación eléctrica. Plantas de generación aisladas para autoconsumo o plantas conectadas a la red son el futuro para un desarrollo sostenible. Porque se trata de la transformación directa de la radiación solar -que tanto poseemos en nuestro país- en electricidad. Así de sencillo.

Esta transformación de radiación solar a electricidad se produce en unos dispositivos denominados paneles fotovoltaicos. En ellos, la radiación excita los electrones de un dispositivo semiconductor generando una pequeña diferencia de potencial. La conexión en serie de estos dispositivos permite obtener diferencias de potencial mayores y, por tanto, generar energía y electricidad.

Origen y evolución

El efecto fotovoltaico ya era conocido en el siglo XIX. Su origen cabe ubicarse en el año 1839, cuando el físico francés Alexandre Edmon Becquerel realizó unos experimentos fruto de unas investigaciones previas. Becquerel observó que al exponer una pila electrolítica a la luz, tras sumergirla en una sustancia de iguales propiedades, generaba más electricidad; descubrió el efecto fotovoltaico, es decir, convertir la luz solar en energía eléctrica.

Pocos años después, en 1883, el norteamericano Charles Fritts tuvo la idea de extender selenio sobre un soporte metálico y recubrirlo de una capa de oro, de forma que fuera transparente a la luz. Inventaba así la primera placa fotovoltaica.

Desde aquel descubrimiento, la evolución ha sido imparable. Pero fue en la década de los 50 del siglo pasado cuando los paneles fotovoltaicos comenzaron a experimentar realmente un importante desarrollo. La primera utilización práctica de la generación de energía con paneles fotovoltaicos fue en los dos primeros satélites geoestacionarios de URSS y USA. Así que la carrera espacial dio un impulso a esta energía. En la actualidad, es una tecnología de generación eléctrica renovable en plena expansión y democratización.

¿En qué radica esta democratización? Pues sencillamente en una de las principales características de la propia tecnología fotovoltaica que es su carácter modular. Y es que se pueden construir desde enormes plantas fotovoltaicas en suelo hasta pequeños paneles para colocar encima de los tejados de los edificios.

Evolución de la energía fotovoltaica en España

Como decíamos al principio de este post, pese a ser una energía limpia y pese a tener a nuestra disposición más horas de sol que otros países, en España la energía solar no tiene tanto protagonismo como otras, y todo ello se debe, principalmente, a las diferentes legislaciones puestas en marcha al respecto a lo largo de las últimas décadas.

A finales del siglo pasado, e bajo el impulso de los organismos europeos, España creó un marco regulador muy favorable para el desarrollo y el impulso de la energía fotovoltaica. De hecho, las energías renovables alcanzaron su velocidad de crucero, y experimentaron un importante desarrollo en muy poco tiempo.

Pero todo ello se frenó en 2008. El 30 de septiembre de ese año el gobierno aprobaba una nueva reglamentación por la cual las energías fotovoltaicas ya no recibían una prima tan alta por Kwh fotovoltaico que se inyectaba en la red, sino que las primas, además de reducirse, pasaron a ser variables en función de la ubicación de la instalación. El resultado de esta nueva ley, un frenazo en seco del sector de las energías fotovoltaicas.

La situación siguió con viento en contra en los años 2010 y 2012, cuando se eliminaron todas las primas para las nuevas plantas fotovoltaicas. En 2017, España ocupaba el puesto número 10 del mundo por potencia fotovoltaica instalada (5,6 GW). Sin embargo, pasaba al puesto 18 en relación a la nueva potencia instalada (147 MW). En aquel año, la fotovoltaica cubrió el 3,1% de la demanda eléctrica de España.

En 2018, el contexto de Transición Energética dio un giro a la situación. Esta Transición está basada en los ambiciosos objetivos europeos y las políticas de Cambio Climático asumidas desde la COP 21 de París, unos compromisos ratificados por abrumadora mayoría en el Parlamento Europeo y que contaban con un fuerte respaldo social.

La energía fotovoltaica hoy

En la actualidad, la energía solar va recuperando terreno y adaptando velocidad de crucero. Sobre todo, su impulso se debe a una mayor concienciación social por el cuidado del medioambiente. Pero la lucha contra el cambio climático, una mejor calidad del aire o evitar la contaminación no son los únicos motores de la apuesta global por las energías renovables, y más concretamente por la energía fotovoltaica. Los beneficios de esta energía van mucho más allá de la descarbonización de la economía o el cuidado de la salud y el medioambiente. Hoy fuentes renovables han alcanzado una competitividad económica frente a las fuentes tradicionales por las constantes mejoras tecnológicas. Además, las renovables se ven beneficiadas por fuertes sinergias de abaratamiento de costes y por la fuerte expansión de su desarrollo que se está produciendo en el ámbito mundial.

De hecho, la tecnología fotovoltaica ya está en disposición de ocupar un papel preponderante en el nuevo modelo energético gracias a diferentes parámetros relacionados con su rentabilidad, perfiles de inversor, flexibilidad en su ubicación y beneficios medioambientales.

Pero, sobre todo, apostar por la energía fotovoltaica es apostar por la energía limpia. Porque la energía fotovoltaica contribuye positivamente a la reducción de emisiones en el sector eléctrico por su carácter renovable y sus casi nulas emisiones directas.

Pero para que la energía solar pueda transformarse en electricidad y acceder a la red ha de superar todavía un gran número de requisitos legales, que incluyen permisos del gobierno y autorizaciones de las compañías eléctricas operativas en un área concreta. En ACCIONA Energía ofrecemos la gestión integral de la instalación de energía solar fotovoltaica, incluidos los trámites de licencia de obras, subvenciones, bonificaciones, etc. Porque somos conscientes de que el autoconsumo fotovoltaico proporciona al usuario la posibilidad de convertirse en productor de su propia energía limpia, aprovechando un recurso tan a nuestro alcance como es el sol.