Cómo reducir la contaminación

8 de junio de 2020

Cómo reducir la contaminación

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El ser humano es el mayor causante de la contaminación del planeta: la polución, la basura, la destrucción de la capa de ozono y otros factores contaminantes que conlleva la evolución industrial y la invención de materiales químicos están destruyendo el medio ambiente. El aire que respiramos se contamina con el humo que proviene de vehículos terrestres, aéreos, fábricas… También los vertidos tóxicos a ríos y mares contaminan gravemente las aguas donde viven muchas especies de animales que son importantes para la propia supervivencia humana. Una media de 8 millones de toneladas de plástico entra cada año en nuestros océanos y mares. La contaminación provoca un calentamiento global que a su vez provoca cambios drásticos en el clima, se producen terremotos, tifones, maremotos y otros fenómenos que antes se producían aisladamente.

¡Podemos contribuir a frenar la contaminación! Vivimos en un planeta precioso y es responsabilidad de todos preservarlo: ríos, mares, bosques, clima, atmósfera, flora y fauna. Hay varios puntos clave y están en nuestras manos, como individuos, y de modo sencillo podemos poner en práctica algunas de las acciones que pueden frenar la contaminación.

Si vives en una casa o en una comunidad de viviendas de tipo sostenible, posiblemente algunas de las medidas ya estén implementadas: reciclado de aguas grises domésticas, eficiencia energética y aplicación de materiales menos degradantes, poco o nada contaminantes y más duraderos.

En caso contrario, todavía está en tus manos realizar algunas sencillas prácticas. Desde ACCIONA Energía te animamos a ello: 

1. Reducir el consumo de plásticos

¿Sabes cuál es tu «huella de plástico» en el planeta?

En la Unión Europea se consumen más de 100.000 millones de bolsas de plástico y solo se recicla un 7%.

Este material ha inundado literalmente nuestra vida y nuestro planeta. No solamente es aquel que percibimos, como los envases, sino que además se encuentra en los ingredientes de material textil, material para construcción e incluso en cosméticos. Si incorporamos el hábito consciente de reducir el consumo de plástico y encontrar alternativas, habremos contribuido enormemente:

  • Utiliza bolsas de tela o papel reciclable, carros o cestas para la compra.
  • Lleva contigo cubiertos, vasos y platos cuando estés fuera de casa.
  • Cambia los tuppers por envases de vidrio. Además, ¿sabes que, al calentar comida en envases de plástico, se liberan sustancias tóxicas que se mezclan con el alimento?
  • Evita comprar bandejas de comida y pásate al «peso a granel».
  • Intenta conseguir productos de higiene y limpieza que no contengan microplásticos y que además no estén envasados en plástico. ¿Conoces los beneficios del vinagre, bicarbonato, jabón natural o aceites esenciales? ¡Infórmate!
  • Consulta la composición los cosméticos, evita los marcados con PE (polietileno) y PP (polipropileno).
  • Elige envases retornables, reduce todo lo que venga en brik y botellas de plástico.
  • Bebe agua del grifo o filtrada.
  • Evita al máximo el uso de máquinas de afeitar desechables, juguetes y biberones de plástico, mecheros de plástico y todos aquellos productos que tienen una opción más ecológica (metal, madera, caucho natural, tela…).

2. Optar por el uso de energías renovables

Gracias al aumento de la conciencia medioambiental, muchas personas apuestan cada vez más por cambiar a energías alternativas y más respetuosas. Entre las más populares y extendidas están:

  • Energía termosolar para calentar el agua, mediante la instalación de placas solares.
  • Energía solar fotovoltaica, con o sin conexión a la red tradicional, también con paneles solares. Supone un ahorro en la factura de la luz a la vez que es una de las energías más verdes.
  • Biomasa para la calefacción, una alternativa al gas, al gasoil y a la electricidad común. Se precisa una caldera o estufa que funciona con materia orgánica (hueso de aceituna, cáscaras de frutos secos, astillas de madera, etcétera).
  • Energía eólica, una opción distinta a los paneles solares que requiere de la instalación de aerogeneradores.

Ahorra energía en general, existen muchos modos de reducir el consumo de los suministros domésticos habituales. En el punto 4 hablamos del agua. En cuanto a la electricidad, aquí tienes 5 ideas para ahorrar dinero en la factura de la luz.

3. Recurrir al transporte público y/o a vehículos poco contaminantes

Trasladarnos de un lado a otro con una inversión mínima, sostenible y que a la vez suponga un ahorro para nuestro bolsillo, también es posible. Contribuiremos tanto al medio ambiente, en términos de contaminación, como a mejorar la movilidad en las grandes urbes.

Utiliza si puedes el transporte público, existen tarifas que pueden ofrecerte un ahorro si lo utilizas con frecuencia. Los niños suelen viajar gratuitamente en diversas ciudades y tipos de transporte. Las flotas de autobuses, trenes y tranvías se renuevan y apuntan cada vez más hacia un transporte que utiliza energías renovables y poco o nada contaminantes.

Si por tus circunstancias debes viajar en vehículo privado, también puedes optar por el car-sharing, que en España funciona desde hace tiempo: si lo haces de modo regular y con trayectos fijos, averigua si puedes compartirlo con otras personas.

Cuando el uso de transporte público no sea posible, siempre nos queda optar por cambiar a un vehículo híbrido o eléctrico, que por descontado no siempre está al alcance de todas las personas.

Por último, está la bicicleta o los populares patinetes eléctricos. Muchas grandes ciudades han diseñado cambios en las calles para facilitar la proliferación de carriles bici. Si bien es ideal para el desplazamiento individual en trayectos de ocio o laborales, hay que observar detenidamente la normativa y la seguridad, en todos los sentidos.

4. Reducir el desperdicio de agua

La población mundial crece y no realizamos un consumo racional del agua sino todo lo contrario. A este ritmo, el agua potable se convertirá en un bien preciado con un coste extremadamente alto, difícilmente sostenible. La escasez de agua se estima que afectará a millones de personas en 2050.

El problema principal en España radica en la incapacidad de gestionar correctamente las aguas residuales, lo que conlleva riesgos para la salud y el medio ambiente. Nuestro país posee casi 900 plantas de desalación, sin embargo, se usa solamente un 18% de su capacidad. En cuanto a las plantas depuradoras y el alcantarillado, también hay signos evidentes de que existe todavía una gestión deficiente.

Es importante concienciarse de que tomar medidas para evitar el mal uso o desperdicio del agua es básico, no solamente como medida de ahorro sino para contribuir individualmente al bien común.

  • Evita tirar aceite y otros residuos al desagüe, contaminan porque las plantas de tratamiento no pueden procesar según qué residuos tóxicos.
  • Si tienes jardín o huerto privado, almacena y recicla agua de lluvia para regar. Y riega cuando el sol no incida con fuerza, por ejemplo, a primera hora de la mañana, evitando que se evapore y reduciendo la frecuencia y consiguiente consumo de agua.
  • No uses el agua para limpiar o barrer, usar la manguera es una práctica frecuente y desaconsejable.
  • Procura hacer cargas de lavadora completas, quizá no tengan un gran impacto sobre tu economía, pero entre todos sí conseguimos un bien para el medio ambiente.
  • Cuida el sistema hidráulico en tu hogar, cualquier goteo o fisura en los grifos puede ser dañino en muchos sentidos.
  • Recicla el agua que sale por el grifo y la ducha hasta que alcanza la temperatura de uso. Llenar un cubo de agua que de otro modo se habría desperdiciado por estar fría tiene múltiples usos: regar plantas, dar de beber a las mascotas, fregar el suelo, lavar las ventanas, echarlos al inodoro en lugar de usar la cisterna del WC…
  • Reduce el consumo de agua en general. Medidas tan sencillas como cerrar el grifo mientras te lavas las manos, los dientes, te duchas o aseas, realizadas a diario y por costumbre por todos los integrantes del domicilio tienen un enorme impacto a gran escala. ¡Todo suma!

5. Reciclar

Además de los modos de reciclaje ya mencionados, como en el caso del agua y los envases no plásticos, reciclar en general forma parte -o debería- de nuestra forma individual de respetar el medio ambiente.

Gestiona correctamente los residuos, depositando en los contenedores de modo adecuado todos los desechos de tu hogar. Es imprescindible separar cristal, plástico, papel, restos orgánicos, aceites usados, medicamentos, trastos, pilas y baterías. Existen puntos limpios y servicios de recogida, que no haya un contenedor específico no significa que tengamos derecho a dejarlo en la vía púbica o en un contenedor incorrecto.

Intenta adecuar el consumo familiar a las necesidades reales (y del planeta). Podemos elegir el tipo de envase y la cantidad de alimento que compramos. El objetivo es producir menor basura compuesta de plásticos, alimentos caducados o sobrantes y cualquier material contaminante.

Debemos reconocer que somos parte de la problemática ocasionada por el consumismo, carecemos de la información necesaria y precisa para poder comprender y alertarnos sobre el gran impacto que tiene nuestro consumo en el medio ambiente.

En la medida de lo posible, cambiemos nuestros patrones de consumo y evolucionemos hacia hábitos más sostenibles y adecuados. Entre todos podemos reducir la contaminación del planeta.