Combinar la energía solar fotovoltaica y un sistema de aerotermia implica la optimización total del uso energético de tu hogar

La aerotermia es uno de las tecnologías más eficientes para la obtención de energía, extrayendo energía ambiental contenida en la temperatura del aire, incluso en temperaturas bajo cero, a partir de un ciclo termodinámico que utiliza un gas refrigerante comprimido a bajísimas temperaturas para extraer calor del aire exterior. La gran característica de la aerotermia es que aporta más energía que la que consume, por ejemplo: para un equipo con rendimiento 4,5 aportamos 4,5kW de potencia calorífica por cada kW consumido de electricidad. Por tanto, el 78% de la energía aportada es gratuita. Es decir, sobre un coste de 100 unidades de energía, consume en torno a 22 de electricidad y el resto lo toma del aire, sin coste alguno. Si estas 22 unidades provienen del sistema fotovoltaico, las 100 unidades son gratuitas.

La aerotermia bombea calor, que es energía de transición gratuita, ya que aunque haya 5 grados bajo cero en el exterior, el aire tiene energía suficiente para cambiar el estado del gas refrigerante en el interior de la unidad que absorbe esta energía que transmite en forma calorífica desde el exterior al interior de nuestra vivienda.

Este proceso térmico es renovable, sostenible y barato, gracias a una triple revolución tecnológica en climatización: electrónica de control, mecánica de materiales y química de refrigerantes.

Utilizar un sistema de aerotermia para la climatización del hogar (radiadores convencionales) y para calentar el agua implica no utilizar el gas, reduciendo una partida importante de gasto energético con los correspondientes tramos fijos de «mínimos de consumo» del gas. Aparte, el gas no deja una energía fósil vestida por los grandes holigopolios energéticos como una energía ecológica.