Si existía la preocupación de que la pandemia de la COVID-19 de alguna manera hiciera que los ciudadanos de todo el mundo perdieran de vista la urgencia de la crisis del cambio climático y la necesidad de acciones ambientales en general, esa preocupación puede atenuarse. Una encuesta reciente de una de las consultoras de estrategia de negocio más importantes del mundo a más de 3.000 personas en ocho países descubrió que, a raíz de la pandemia, las personas están más preocupadas, no menos, por abordar los desafíos ambientales y están más comprometidas en cambiar su propio comportamiento para promover la sostenibilidad.

La mayor conciencia es sorprendente. Alrededor del 70% de los participantes de la encuesta dijeron que eran más conscientes ahora que antes de la COVID-19 de que la actividad humana amenaza el clima y que la degradación del medio ambiente, a su vez, amenaza a los humanos. Y tres cuartas partes de los encuestados dijeron que los problemas ambientales son tan preocupantes como los problemas de salud, o más que estos.

La encuesta también comprobó que los ciudadanos quieren ver acciones políticas y sociales más contundentes en el ámbito de la protección del medio ambiente. Más de dos tercios de los encuestados piensan que los planes de recuperación económica deberían estar relacionados con la priorización a los problemas ambientales. La crisis también está impulsando el cambio a nivel individual, y el 40% informa que tiene la intención de adoptar un comportamiento más sostenible en el futuro. Entre las principales acciones que la población está haciendo de manera más constante se encuentran la reducción del consumo de energía en los hogares, el aumento del reciclaje y el compostaje y la compra de bienes de producción local.

El mayor compromiso con la sostenibilidad tiene importantes implicaciones para las empresas y los gobiernos. En general, los encuestados señalaron que los gobiernos y las empresas no habían respondido a la crisis de la COVID-19 con tanta eficacia como el personal de salud, las ONGs y las agencias de salud global. Además, el 87% dijo que las empresas deberían integrar las preocupaciones ambientales en sus productos, servicios y operaciones en mayor medida que en el pasado. El compromiso con la sostenibilidad es aún más pronunciado entre los más jóvenes, que tienen una convicción más fuerte de que el comportamiento personal puede marcar la diferencia al abordar la acción ambiental y que esperan que las preocupaciones ambientales estén en primera línea y en el centro de los planes de recuperación.

No hay ninguna duda de que el uso de un sistema de autoconsumo fotovoltaico que permita a los hogares de familias generar su propia energía eléctrica a partir de la energía verde de Sol y sin ninguna contrapartida para el medioambiente, se valora cada vez más como una alternativa rápida, eficaz y económica, para aportar soluciones reales de sostenibilidad energética.